descendió sobre mí vida,
dejándome sin salida
con profundo desconsuelo.
Con la mirada en el cielo
rogando a Dios tu regreso.
Con reverencia profeso
¡Me dejas adolorida!
en tristeza y sin salida
con el corazón ya preso.
Cristina Corona G.
♦Crystal♦
No hay comentarios:
Publicar un comentario